viernes, 28 de agosto de 2015

4 años sin ti, abuelo.

Cuatro años es mucho tiempo, pero parece que fue ayer cuando te perdimos para siempre. El paso de los años no curarán esta herida... Me duele tanto que sigamos el camino y tú no estés para vernos crecer y hacer nuestras vidas... Estos cuatro años han sido difíciles sin ti, y sobre todo tristes. Es una pena que no estés en momentos tan especiales como son una boda, una comunión o el nacimiento de nuevos miembros de la familia. En las fotos de esos días faltas tú y tu sonrisa... Envidio mucho a los que han podido disfrutar de ti más que yo, tan solo 13 años pude hacerlo... Porque no he aprovechado el tiempo contigo como ahora me encantaría, y me arrepiento muchísimo. Pero tú sabes que no te olvido ni un segundo, que aunque yo no te pueda oír, quiero pensar que tú me escuchas cada día, y me cuidas como a toda tu familia. No me cansaré de pedirte perdón por todo lo que pueda hacerte daño a ti o a los que quieres. Estoy seguro que estés donde estés te encuentras feliz y descansando en paz, alejado de todos los dolores que has pasado en la vida, porque te mereces estar en el paraíso para siempre. Estoy muy orgulloso de la gran persona que eres y de lo fuerte que has sido siempre para todo. Ojalá pueda seguir tus pasos y me brindes toda esa fuerza. Hoy más que nunca recuerdo el día de tu marcha, en el que el corazón se me hizo añicos nada más enterarme... Cada noche te dedico palabras y lágrimas sin cesar. Te extraño lo que no está escrito abuelo y TE QUIERO muchísimo mi ángel, para mí la estrella que más brilla.
Tengo fe y sé que algún día volveremos a vernos más allá de los sueños...

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